Método IRECA
¿Qué es la Energía Cósmica?
Es la manifestación del universo que mantiene en vida a la naturaleza y al ser humano. Es la sustancia esencial que puede aliviar las enfermedades. Los chinos la llaman "chi", los vedas, "prana", los occidentales, "energía cósmica".
En el cuerpo humano existen 7 centros de energía que son vórtices que funcionan como verdaderos "motores microcósmicos", receptores y transmisores de la energía que influencia continuamente la salud de los órganos vitales.
Transmisión de Energía: Técnica IRECA
IRECA son las siglas en italiano del Istituto di Ricerca sull'Energia Cosmica Aplicatta (Instituto de Investigación de la Energía Cósmica Aplicada), con sede en Roma, Italia.
Su Presidente es el Doctor Natale Finocchiaro. IRECA, cuenta entre sus asociados con investigadores, médicos y terapeutas que continúan con los trabajos de investigación sobre la Energía Cósmica, mismos que iniciaron con el Maestro Farid al-Afuw Al Fattah, continuador de este método en los inicios de siglo XIX, y depositario de los conocimientos sobre los usos de la Energía Cósmica con fines terapéuticos, en Anatolia.
Las fuentes indican que esta tradición proviene de una época incluso anterior a la construcción de las pirámides.
El uso de la Energía Cósmica, tiene como objeto la prevención de las enfermedades y la autocuración para alcanzar el bienestar. El organismo tiene la posibilidad de interactuar con la energía proveniente de la fuente inextinguible que es el Universo. Las enfermedades que se pueden tratar varían desde el resfrío común, cefalea, dolores artrósicos o la gastritis, hasta aquellos más complejos.
Naturalmente, la técnica no pretende sustituir la intervención médica necesaria y específica para cada patología, pero es un óptimo soporte curativo eficaz y libre de efectos colaterales.
Para poder utilizar esta energía sobre nuestro cuerpo, es necesario aplicar ciertas técnicas que han sido desarrolladas a partir del método de la Energía Cósmica Aplicada.
Curso IRECA
Articulación del Curso
Estas características nos llevan a concebir el cuerpo humano como un vehículo cuya confiabilidad depende del uso que se haga de él.
En esta terapia solo se utilizan las manos, que transmiten la energía a quien la recibe.